PATRIA, por Fernando Aramburu



Era demasiado pequeña para comprender qué ocurría pero lo suficientemente mayor como para entender que centenares de manos empapadas en pintura blanca protestando contra ETA no podían estar equivocadas. Al contrario que por desgracia en numerosas familias españolas, en mi mundo infantil ETA sólo era un puñado de hombres locos y malos que cometían actos imperdonables y que de vez en cuando toda la ciudad se unía para protestar, después de eso, mi siguiente preocupación eran los deberes de matemáticas y la incertidumbre de saber qué merendar.

Seguía creciendo y seguía sin comprender, tomas por costumbre algo que jamás debería serlo y en la prensa se habla de ellos a diario. Atentado aquí, atentado allá, heridos, muertos, tregua, cárcel, acercar a los presos, entrega de armas y un largo etcétera de declaración de intenciones.

Hacía falta. Patria es un libro necesario, un manual de instrucciones para entender el problema vasco. Con gran destreza Fernando Aramburu nos muestra los numerosos puntos de vista de la población de Euskadi, desde dentro, nos hace testigos de los actos de cada uno de los personajes de su novela, que es coral y desentraña sus vidas como un gato a un ovillo de lana.
En un tono cercano, cuasi de conversación de barra, tapa y caña nos mete en un mundo para mí, insólito en el que acaba atrapando al lector que es incapaz de dejar de leer hasta que se encuentra de bruces con el punto y final y ¿ahora qué?.

Patria es didáctico, es mordaz, crítico y te abofetea con la mano abierta sin que hayas visto venir el manotazo. Te convierte en todos sus personajes, de repente eres Bittori, el Txato, eres Arantxa, Nerea, Xabier, Gorka, Joxian, Miren, eres hasta Ikatza e incluso a regañadientes Joxe Mari. Hasta que dejas de serlo y crees que los conoces a todos, que están en todas partes y que tú omnipresente intentas hablarle al libro y ellos siguen con su vida sin hacerte caso.

Nos habla del odio, nos habla de la pérdida de las víctimas, del duelo. Nos cuenta la resignación, la pérdida de las familias de los asesinos, de los terroristas. Te involucra y no deja que te escapes.

Patria tiene un hambre voraz, tiene ganas de masticarte y de escupirte. Patria es justa y necesaria.


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