Escritores Orgullosos

Escritores Orgullosos


Hoy se celebra el Día del Orgullo en todo el mundo. Millones de personas salen a la calle a celebrar su libertad sexual, su condición humana, su tolerancia y su respeto hacia el prójimo. 

A lo largo de la historia y en el mundo de las letras hubo muchos escritores homosexuales. ¿A cuántos conoces?

Federico García Lorca



Sin duda uno de los autores españoles más importantes del siglo XX, perteneciente a la generación del 27, su obra Sonetos del amor oscuro representa una hipersensibilidad y delicadeza excepcionales. El estilo, así como los símbolos en sus obras demuestran su gusto por los elementos tradicionales que se refieren muy frecuentemente a la muerte, la belleza y el erotismo masculino. Es asesinado en el mes de agosto del 36 por su ideología socialista y su carácter homosexual. Su vida amorosa estuvo relacionada con Salvador Dalí aunque siempre de manera platónica. Su poesía, su drama y su prosa se alimentan de obsesiones tales como la vida, la muerte, el amor, el deseo y la esterilidad.


Gloria Fuertes



Poeta, lesbiana, feminista, fumadora, intelectual. Gloria Fuertes había nacido para poeta o para muerto, en sus propios versos. Eligió el camino difícil. Perteneciente al movimiento literario de la Primera Generación de la Posguerra o la Generación del 50. El postismo y una actitud crítica en la que utiliza el humor para asumir la realidad o combatirla. El antibelicismo y la protesta marcan su poesía y sin guerra no habría poesía. A pesar de haber mantenido relaciones con hombres nunca ocultó su lesbianismo y aunque su obra habla del amor, en general, lo menciona "me nombraron patrona de los amores prohibidos".


Oscar Wilde


Uno de los escritores más importantes de la época victoriana, prolífico irlandés que escribió El diario de Dorian Gray (por el que recibiría numerosas críticas al ser considerada sucia y depravada). Era poeta, dramaturgo, novelista, ensayista y crítico literario. Por el día cuidaba las formas y apariencias, estaba casado e incluso tenía dos hijos. De noche, en los bajos fondos de Londres era conocido por sus escándalos y su tendencia a relacionarse con muchachos jóvenes, por los que tenía preferencia y a los que mimaba y hacía regalos. Esta conducta lo llevó a prisión, a que su mujer se separase de él y a no le dejase volver a ver a sus hijos, a la bancarrota y a vivir sus últimos años en la indigencia.

Patricia Highsmith




Patricia tuvo una gran carrera como escritora, conocida por numerosas novelas de suspense que también fueron llevadas al cine, como por ejemplo Extraños en un tren, dirigida por Alfred Hitchcock o El talento de Mr. Ripley (La Saga Ripley). Su vida personal era un desastren en contrapunto con su vida profesional, tenía un problema de alcoholismo, misantropía, nunca tuvo una relación sentimental duradera, ni siquiera con la que parecía ser el amor de su vida, la también novelista Marijane Meaker. La atmósfera de sus novelas se corresponde al humor o estado de ánimo de la autora, se centran en la mentira y la culpa y se mueven en un filo hilo entre el bien y el mal. Fue alabada por la crítica por ser una de las mejores escritoras de su generación y consiguió el reconocimiento internacional.

Elise Cowen, una mujer de la generación Beat.

Elise Cowen, una mujer de la generación Beat.



Sentada delante de una máquina de escribir y como única compañía un vaso lleno de vino barato, torres de libros robados en constante debate con la gravedad y su habitación hecha un caos.

Así es como podemos imaginarnos a Elise Cowen, una de las poetas beatnik que más notoriedad ha conseguido obtener contra todo pronóstico, ya que, ni su familia, ni el arte y mucho menos una sociedad patriarcal estaban dispuestos a tolerar que una revolución sustentada en su mayoría por hombres, las mujeres se hiciesen un hueco como artistas y no como era habitual, relegadas a ejercer el papel de musas o amantes.
Por si éstas no eran suficientes trabas a la aspiración creadora de Elise, el hecho de cargar con una enfermedad mental que la lleva a ingresar en hospitales psiquiátricos intermitentemente toda su vida, ser heterosexual con tendencias lésbicas y haber crecido en el seno de una familia judía conservadora, no se lo pusieron nada fácil.

Elise Nada Cowen, nació en Washington Heights, Nueva York, el 31 de julio de 1933 y empezó a escribir a una edad bien temprana de manera que con el paso de los años fue desarrollando un estilo y un pensamiento crítico para con su entorno en manera de poesía.

Estudió en Barnard College, una facultad privada femenina de artes liberales perteneciente a Columbia, en la que sus padres esperaban cumplir sus propios sueños, consiguiendo para su hija una educación excepcional en una institución de prestigio y al ser ellos la única familia judía del barrio, deseaban obtener desesperadamente una respetabilidad y aceptación social desde la comunidad blanca. Elise, a menudo, no estuvo a la altura de sus expectativas a pesar de ser una joven culta e inteligente, ya que era habitual que sus notas y resultados fuesen un desastre. Éste fue motivo de gran conflicto con su familia.

Pero, fue en Barnard, donde Elise tuvo el primer contacto con los beats; fue allí donde conoció a Joyce Johnson, Leo Skir y otros artistas e intelectuales de la universidad de Columbia que forjaron en un futuro el núcleo de el movimiento beat de la costa este.
Sus amigos la llamaban “Elipse” y además llevaba su segundo nombre con orgullo, haciendo continuas alegorías a “la nada”. Tenía fama de lectora obsesiva, de escritora celosa de su intimidad y de no asistir nunca a clase.

Influyó en su carácter y en su sexualidad, la relación que mantuvo con uno de sus profesores de Barnard, Alex Greer, que impartía filosofía; dónde además de amante y alumna, le ejercía de ama de llaves, cocinera y niñera de sus dos hijos. Elise, siempre defendió su comportamiento sumiso por la fascinación del trabajo de su profesor, creyéndolo un genio.
Éste patrón se repite en futuras relaciones, por ejemplo y la más mediática con el poeta Allen Ginsberg, del que imitó desde sus opiniones religiosas hasta su elección en el café y el cual fue protagonista de varios de sus poemas. Su relación finaliza cuando él, al año de estar juntos, le confiesa que es homosexual, detonante que hace que Elise empiece a frecuentar bares de lesbianas y a mantener una relación con una mujer apodada Sheila.

Su salud física y mental se iba deteriorando de manera alarmante, intentaba mantenerse entre los márgenes de la heterosexualidad, reprimiendo sus instintos, cayó en una depresión, abusaba del alcohol y las drogas y como consecuencia, sus relaciones sociales y laborales se vieron mermadas hasta el punto de ser despedida de su puesto de trabajo en una televisión local que acabó con Elise siendo arrestada y escoltada fuera del edificio por un policía que le rompió las gafas y le pegó una patada en el estómago.
Elise, que por aquel entonces vivía con sus padres tras haber permanecido interna en Bellevue por sus más frecuentes brotes de esquizofrenia paranoide, prometió a su padre no contarle el incidente a su madre, ya que el disgusto, la mataría.

Después del incidente decidió irse a vivir a California, allí conoció a un artista irlandés alcohólico del que se enamoró y se quedó embarazada. No tenía dinero para pagar un aborto y se sometió a un aborto psiquiátrico, pero el feto era demasiado grande, hubo complicaciones y finalmente tuvieron que extirparle el útero.

Vuelve a Nueva York, ingresa de nuevo en Bellevue afectada por problemas psicológicos cada vez más graves, allí pasa una temporada hasta que decide en contra de la opinión de los médicos, darse el alta voluntaria, vuelve a casa de sus padres donde se suicida tirándose por la ventana, cayendo siete pisos.
Tras su muerte, su familia decide quemar todos sus cuadernos de poesía, ya que los consideraban obscenos e insultantes por sus referencias a la homosexualidad, las drogas y cuestionar la espiritualidad.
Sin embargo, su amigo Leo Skir, poseía una colección de ochenta y pico poemas de Elise, que no dudó en editar, dar a conocer y que además darían a Elise Cowen el reconocimiento más que merecido del público y la crítica.


[MUERTE, YA LLEGO…]

Muerte, ya llego
espérame.
Se que estarás
            en la estación de metro

            cargado de botas de agua, chubasquero, paraguas, pañuelo
y una respuesta sencilla
           para cada significado.
Institución incorruptible,
Atenta aguafiestas de huellas dactilares
Escucha tu afirmación:
“Hay una salida entre las coles blancas”

20 años de magia

20 años de magia



Se cumplen dos décadas de la publicación de la primera novela de la saga Harry Potter. Veinte años llenos de magia en los que la autora ha conseguido que millones de niños en todo el mundo se ilusionasen con sus historias y la culpable de que se enganchasen a la lectura. Yo fui una de esos niños que en 1998, un año después de su publicación en Inglaterra y bajo el sello de Salamandra en la que "Harry Potter y la piedra filosofal" fue publicado en España, se obsesionó con el maravilloso mundo mágico que J.K Rowling relataba en su libro.

Yo tenía casi diez años y tuve la suerte de que mis padres se habían preocupado en inculcarme el placer de la lectura. Por aquel entonces yo ya era una absoluta fan de las sagas y no perdonaba una noche sin leer alguno de los numerosos libros de "Los Cinco" de Enid Blyton. No era difícil prever que en el momento en el que el ejemplar de mi primo Jorge cayó en mis manos, inmediatamente me engancharía a aquella nueva historia de la que todo el mundo hablaba y demandase mi propio ejemplar y con el curso de los años, todos los siguientes.


No recuerdo leer con tanta ansia un libro. J.K. Rowling había descubierto la fórmula exacta para convencer y atraversar el escudo de la mente crítica de la infancia. Nunca hubo un señor vendiendo droga a la salida del cole pero siempre hubo un libro de Harry Potter esperando a ser consumido y devorado en cualquier momento, en cualquier lugar. Puedo afirmar que fue la gran droga de nuestra generación.
Consumíamos sus páginas en clase escondiendo el libro abierto en la caja del pupitre, en el recreo, mientras esperábamos al bus o de camino a casa, por la mañana, por la tarde, por la noche.
Los adultos nos miraban fascinados porque ya nadie alborotaba en las fiestas familiares. "Déjalos que lean", decían.

Los años pasaron, fuimos creciendo y Harry, Ron, Hermione, lo hicieron con nosotros. Siempre estuvieron ahí, esperando a que volviésemos a sus páginas. Y a sus películas, a sus videojuegos, a sus bandas sonoras, figuras de colección, merchandising, a todos los formatos con los que saciar nuestra hambre de magia.
Nuestra esperanza oculta de que fuese real. Nuestro inconformismo a ser unos simples humanos y resignarse a ser muggles.

Crecimos, la historia acabó con su séptimo libro y su octava película. Nunca nos sentimos tan solos, tan perdidos.
Homenajeamos su historia en nuestra piel, en nuestra ropa. Hasta en nuestros propios hijos, volvemos a iniciar el círculo. Creamos comunidad y sentimos que pertenecemos a un movimiento intocable donde atesoramos nuestros recuerdos más preciados.

La magia existe, aunque no en el formato que esperábamos. Las palabras. Los libros.

En palabras de la propia Rowling "Hogwarts siempre estará ahí para darte la bienvenida a casa"

Las vírgenes suicidas, por Jeffrey Eugenides

Las vírgenes suicidas, por Jeffrey Eugenides


Hace aproximadamente diecisiete o dieciocho años vi un trailer que me dejó cautivada. Comencé a verlo a diario como parte de mi rutina y cada visionado me provocaba un desasosiego y un estado de nerviosismo bastante fuerte, pero no podía dejar de verlo. A los pocos meses vi la película y puedo decir que marcaría mi pre adolescencia y llegaría a a amarla y entenderla, tanto técnicamente, los detalles, los planos, el color, la banda sonora, el reparto; como la historia. Esa cinta era como un soplo de aire fresco para cualquier chica de trece años (12 en mi caso) que sin profundizar en problemas propios de esas edades, sutilmente era fácil sentirse identificada con las vivencias de las hermanas Lisbon.



No fue hasta bastantes años más tarde que me di de bruces con la novela y mi obsesión volvió a hacerse latente, a pesar de que nunca se me habían ido de la cabeza, las rescaté y descubrí su importancia en una new wave del feminismo en el que más chicas como yo, disfrutaban de esta historia y la encumbraban a lo más alto de la literatura contemporánea. 

Tenía mis pequeñas dudas acerca de como el libro iba a cumplir mis altísimas expectativas que se habían ido generando a lo largo de todos estos años, pero puedo decir que la novela de Jeffrey Eugenides es una pequeña obra de arte. La historia engancha tanto que se lee en un suspiro y mantiene al lector atrapado a sus páginas aunque ya conozca la historia. 
Algo que me ha encantado es poder compararla con la película y darme cuenta de que aunque el libro, desde luego es mejor, la película está perfectamente adaptada. Me ha fascinado encontrar nuevas situaciones, vivencias, desgloses de los personajes más completos con lo que es más fácil entender su comportamiento.
Sorpresas que no te esperas y viejas y nuevas reflexiones que con el tiempo esperas haberte sacudido del pensamiento pero que llegan a ti con mil matices nuevos y un encaprichamiento como los vecinos de la familia Lisbon, por comprender.

Hacia rutas salvajes, por Jon Krakauer

Hacia rutas salvajes, por Jon Krakauer


Hace aproximadamente un lustro desde que vi la película cuyo guión adaptado surgió del libro Hacia rutas salvajes de Jon Krakauer. Antes de profundizar en la vida y muerte de Chris McCandless que inspiraron las obras de Jon Krakauer y Sean Penn debo avisar al lector de que mi relación con el territorio de Alaska es estrecha, llevo sus bosques, montañas, su cultura nativa y sus impresionantes cielos en el tuétano. Crecer siendo testigo de los numerosos viajes de mi padre a la última frontera hace mella en el espíritu de una niña de siete años, con el agravamiento de lecturas como Colmillo Blanco de Jack London y los maravillosos capítulos de Doctor en Alaska, que acabaron por contaminar el impresionable cerebro cauto de una niña en uno en busca de las más ocurrentes aventuras. De todas maneras seré lo más objetiva e imparcial posible.


Chris McCandless decidió abandonar su vida para echarse a la carretera (y manta), su espíritu aventurero y soñador, además de testarudo, lo guió a desprenderse de sus bienes materiales, quemar su dinero, cambiarse el nombre por el de Alex Supertramp y recorrer Estados Unidos practicando autostop. Levantó un muro entre él y su familia, también con la sociedad, nunca pasaba demasiado tiempo en el mismo sitio y aunque hizo amigos por el camino, nunca entabló un vínculo. Los que lo conocieron afirman que era un chico agradable, educado, inteligente y extremadamente testarudo, vivía sin miedo a las consecuencias y odiaba el capitalismo. Estaba obsesionado con Jack London y Tolstoi, subrayaba pasajes y fantaseaba con vivir grandes aventuras. Después de casi dos años viviendo una vida nómada decidió pasar el verano en Alaska, hacia rutas salvajes, convencido de que podría sobrevivir por sus propios medios en el territorio hostil del norte. No lo consiguió.

Jon Krakauer investigó y se obsesionó con la historia de Chris McCandless, el libro es el resultado de un gran trabajo de recopilación de datos, entrevistas con sus familiares y amigos que conoció en la carretera y la comparativa entre sus propias vivencias, similitudes y aspiraciones juveniles en busca de aventura.
Sean Penn hizo un gran trabajo de adaptación de guión basado en el libro de Krakauer, las dos obras ayudan al lector y al espectador a empatizar con Chris e incluso a entenderlo. Si bien es cierto, que él puso en práctica y se arriesgó a vivir una experiencia con la que muchos de nosotros únicamente podemos vivir en nuestra imaginación.

Hacia rutas salvajes es una oda a la búsqueda del individualismo frente a lo colectivo. A descubrir instintos primarios, a llevarlos a cabo. Es un canto a la libertad y a todo lo que puede salir mal si te arriesgas demasiado.

En sus últimos días Chris, escribió una frase en un diario que indicaba un cambio de actitud y las aparentes ganas que tenía de volver a la civilización.

"La felicidad solo es real cuando es compartida".


PATRIA, por Fernando Aramburu

PATRIA, por Fernando Aramburu



Era demasiado pequeña para comprender qué ocurría pero lo suficientemente mayor como para entender que centenares de manos empapadas en pintura blanca protestando contra ETA no podían estar equivocadas. Al contrario que por desgracia en numerosas familias españolas, en mi mundo infantil ETA sólo era un puñado de hombres locos y malos que cometían actos imperdonables y que de vez en cuando toda la ciudad se unía para protestar, después de eso, mi siguiente preocupación eran los deberes de matemáticas y la incertidumbre de saber qué merendar.

Seguía creciendo y seguía sin comprender, tomas por costumbre algo que jamás debería serlo y en la prensa se habla de ellos a diario. Atentado aquí, atentado allá, heridos, muertos, tregua, cárcel, acercar a los presos, entrega de armas y un largo etcétera de declaración de intenciones.

Hacía falta. Patria es un libro necesario, un manual de instrucciones para entender el problema vasco. Con gran destreza Fernando Aramburu nos muestra los numerosos puntos de vista de la población de Euskadi, desde dentro, nos hace testigos de los actos de cada uno de los personajes de su novela, que es coral y desentraña sus vidas como un gato a un ovillo de lana.
En un tono cercano, cuasi de conversación de barra, tapa y caña nos mete en un mundo para mí, insólito en el que acaba atrapando al lector que es incapaz de dejar de leer hasta que se encuentra de bruces con el punto y final y ¿ahora qué?.

Patria es didáctico, es mordaz, crítico y te abofetea con la mano abierta sin que hayas visto venir el manotazo. Te convierte en todos sus personajes, de repente eres Bittori, el Txato, eres Arantxa, Nerea, Xabier, Gorka, Joxian, Miren, eres hasta Ikatza e incluso a regañadientes Joxe Mari. Hasta que dejas de serlo y crees que los conoces a todos, que están en todas partes y que tú omnipresente intentas hablarle al libro y ellos siguen con su vida sin hacerte caso.

Nos habla del odio, nos habla de la pérdida de las víctimas, del duelo. Nos cuenta la resignación, la pérdida de las familias de los asesinos, de los terroristas. Te involucra y no deja que te escapes.

Patria tiene un hambre voraz, tiene ganas de masticarte y de escupirte. Patria es justa y necesaria.


Recuerdos literarios.

Recuerdos literarios.





Con Macarena Berlín

Con Paula Izquierdo y Borja Cabada


Con Antonio Resines

Con Albert Espinosa



Con Cristina López Schlichting

Con Elísabet Benavent

Con Manuel Sánchez-Sevilla

                                                             Con César Pérez Gellida


                                                                 Con Isabel San Sebastián

Con Montero Glez


Con Félix Modroño y Ramón Castro


                             
                                                                  Con Elvira Navarro

                          
Con Francisco Castro


Con María Zaragoza


Con Eva Millán en los Premios Ateneo de Sevilla

                          
Con Carla Montero


                           
Con Jacinto Rey

                                                      Con Alfredo Conde y Noelia Olbés


                           
Con Toni Hill

Con Álvaro Bermejo


                            
Con Javier Puebla


                           
Con Alba Lago


Con Andrés Pascual


Con Patricio Pron


Con Javier Pastor


Con Fran Zabaleta


                                                         Con Ramón Castro y Luis del Val



Eri, Carmela Fer, Elísabet Benavent, Mercedes Corbillón y Xaco PG

                    Con Elísabet Benavent

Con Jimina Sabadú

Jimina Sabadú, Eri, Xurxo Fernández y Edmundo Díaz Conde

Con Héctor Castiñeira


                            
Héctor Castiñeira, Miriam Hermida, Eri y Emi López


                            
Con Cristina López Barrio


                            
Con James Ellroy

Cristina Fiaño, Paolo Sortino, Eri, Sandra Hubber y Eduardo Fernández


Con John Banville

Con Félix de Azúa


Con Javier Pérez


Con Ramón Castro y Samanta Schweblin


Javier Cercas, Eva Millán, Xurxo Fernández y Eri

Con Javier Ikaz y Jorge Díaz

Eri, María Arias, Marian Izaguirre, Xaco PG, Pilar M., Carmela Fer,
Miriam H y Mercedes Corbillón


                           
Eva Millán, Xurxo Fernández, Eri y Marian Izaguirre

Mado Martínez, Eri, Félix Modroño y Pemón Bouzas


Con Belén Copegui y Eva Millán

Con Sergio del Molino

Con Marta Sevilla.

Susana Brocos, Patricia Pernas, Eri y Marta Sevilla.