Adiós a Harper Lee y a Umberto Eco

Adiós a Harper Lee y a Umberto Eco

Hoy nos hemos despertado con la triste noticia de las muertes de nada más y nada menos que dos grandes figuras de la literatura contemporánea, hablo de Harper Lee y Umberto Eco.

Ambos ilustres contadores de historias que hicieron que sus ávidos lectores llorasen su muerte por duplicado. Y es que cuando llega, lo hace de la forma más devastadora. Y es que 2016 está siendo un año de los más duros a nivel de pérdidas culturales y todavía estamos a mediados de febrero.


 Harper Lee, una estadounidense del estado de Alabama, conocida por su exitosa novela Matar a un ruiseñor (To kill a mockingbird, 1960) obra ganadora del Premio Pulitzer, y que fue su única obra publicada durante 55 años hasta la publicación en 2015 de Ve y pon un centinela (Go, Set a Watchman), pero que fue escrita con anterioridad por la autora (a mediados de los años cincuenta) y que es en realidad el primer borrador de su primera novela.



Gregory Peck y Harper Lee en el plató de Matar a un ruiseñor

Su novela Matar un ruiseñor fue llevada al cine con el título homónimo en 1962 por Robert Mulligan y protagonizada por Gregory Peck en el inolvidable papel de Atticus Finch y Mary Badham como Jean Louise "Scout" Finch, siendo candidata a ocho premios Óscar (entre ellos mejor película y mejor director) y galardonada con tres: actor protagonista (Gregory Peck), guion adaptado (Horton Foote) y dirección artística en blanco y negro (Henry Bumstead, Alexander Golitzen y Oliver Emert).La autora falleció a los 89 años mientras dormía el 19 de febrero de 2016 a los 89 años en una residencia de ancianos llamada "The Meadows" de su ciudad natal, Monroeville (Alabama).



 Umberto Eco fue un escritor y filósofo italiano, experto en semiótica, célebre sobre todo por su novela El nombre de la rosa (Il nome della rosa, 1980)


Sean Connery y Christian Slater en una escena de El nombre de la rosa

Ambientada en el turbulento ambiente religioso del siglo xiv, la novela narra la investigación que realizan fray Guillermo de Baskerville y su pupilo Adso de Melk alrededor de una misteriosa serie de crímenes que suceden en una abadía de los Apeninos ligures.

La gran repercusión de la novela provocó que se editaran miles de páginas de crítica de El nombre de la rosa, y se han señalado referentes que incluyen a Jorge Luis Borges, Arthur Conan Doyle y el escolástico Guillermo de Ockham.
- Umberto Eco, afectado desde hacía años por un cáncer, murió en su casa de la ciudad de Milán el 19 de febrero.






180 años de Bécquer.

180 años de Bécquer.


Hoy se cumplen 180 años del nacimiento de Gustavo Adolfo Bécquer, el gran poeta y narrador español (nacido en Sevilla) de la época del Romanticismo.
Su obra es muy reducida, sencilla, cálida, sentimental y depurada. La componen sus célebres Rimas y Leyendas, conjunto de 94 poemas breves, 25 leyendas y sus nueve cartas literarias con el título "Desde mi Celda".

Su fama se debió a sus versos, pero también sus prosas fueron magníficas. En las leyendas, cautiva al lector mostrándole un mundo fantástico, que lo atrapa hasta el final. No trató de dejar enseñanzas morales, ni se ató a la lógica, sino que dejó fluir su imaginación y sus sentimientos, típico de los autores románticos. Algunas pertenecen al género gótico o de terror, otras, son verdaderas poesías, escritas en prosa y otras son narraciones de aventuras. En ellas destacó su admiración por la naturaleza y los paisajes castellanos.



Escritor que marcó en mi la diferencia y con el que descubrí la pasión por la poesía y la lectura de autores de otro tiempo.





RIMA XIII
Tu pupila es azul y, cuando ríes, 
su claridad süave me recuerda 
el trémulo fulgor de la mañana 
que en el mar se refleja. 

Tu pupila es azul y, cuando lloras, 
las transparentes lágrimas en ella 
se me figuran gotas de rocío 
sobre una vïoleta. 

Tu pupila es azul, y si en su fondo 
como un punto de luz radia una idea, 
me parece en el cielo de la tarde 
una perdida estrella.

El recuerdo ajeno.

El recuerdo ajeno.


Compré los recuerdos de unos desconocidos y los mimé como si fueran míos.
En un obstinamiento por salvarlos del olvido, del polvo y del maltrato de un rastro.
O de la vida, en general.
Me adueñé de sus momentos felices, de sus secretos, de su intimidad.
Me hice cargo.
Nos vi reflejados en su vida, a ti y a mi, en los ojos de unos chavales de los años cuarenta que tenían más de adultos de lo que nosotros tenemos a su edad.
No podía dejarlos morir. Aunque probablemente ya estén muertos.
No podía abandonar a una suerte incierta el tesoro de su juventud y su historia anclada en el tiempo.
He salvado lo que alguien dio por perdido.
Aunque no se cuanto tiempo han tenido que esperar para que alguien recuperase su historia.

A que una desconocida se colara en sus vidas, sin llamar y decidiera conservarlos como si fuesen unos viejos amigos.
A los que nunca conoceré.


- Eri Grace -